sábado, 22 de agosto de 2015

Un regalo para mi hermana del alma

Hoy cumples 56 años y luces radiante, como si tuvieras muchos menos. Ni tus cuatro hijas, ni tus nietas, una contigo y la otra en camino, ni el camino que tomó tu vida después de muchos años de estabilidad, han logrado siquiera transformar tu frescura, vitalidad y agradecimiento  por estar hoy en donde estás.
Mi querida Tessmann, ¿tienes idea de cuánto te quiero? ¿Acaso has pensado en lo poderoso que son para mi nuestras conversaciones? Tienes la virtud de ubicarme y obligarme a ver las cosas en perspectiva. Contigo recuerdo que en la vida todo hay que verlo en su justa dimensión. Nada es para siempre, ni hay mal que dure más allá de lo que queramos.
Admiro no solo tu claridad frente a la vida. Respeto y reconozco, sin un ápice de duda, la gran labor que hiciste con tus cuatro hijas: Maite, MaríaJosé, Regina e Isabel.Todas ellas hermosas, responsables y amorosas contigo. Eres más que su mamá. El amor con el que te hablan, se refieren a ti y te piden consejo no hablan más que de la titánica tarea que hiciste y las enormes ciudadanas que le dejas a nuestro lastimado México.
Pero no solamente ellas te han disfrutado. Le has regalado años enteros de tu vida a todos tus alumnos y paz al corazón de los papás de estos adolescentes que aletean como pájaros desesperados por encontrar su nido. Siempre has tenido para ellos la palabra precisa, la sugerencia perfecta. Eres empática hasta con el señor de la gasolinería que te atiende de mala gana. Me consta, no me lo contaron.
Antes de envolver este regalo, recordé todo lo que sé de ti para poder plasmar lo que eres.
Te conocí en preparatoria y por razones azarosas nos hicimos amigas. Pasaron muchos años para que nos volvieramos a encontrar pero la intensidad de nuestra relación rompió completamente la barrera del tiempo.
¿Cómo olvidar tu cuidados después de mi hepatitis? ¿Cómo no reconocer tu experiencia y sabiduría como especialista en sexualidad adolescente si gracias a ti logré terminar un libro? ¿Cómo no quererte si amas a mis hijos como si fueran de tu familia? ¿Cómo no admirarte si tienes un enorme compromiso con mantener siempre unida a tu familia de sangre en esta época en la que las familias están en proceso de crisis?
Eres única Tessmann. Recuerdo el entusiasmo y la vitalidad con la que te ibas a acampar a los lugares más hinóspitos con tus alumnos y algunas compañeras de la escuela en la que trabajabas. Me dolió esa pérdida porque realmente amabas lo que hacías, sin embargo te repusiste del cambio estoicamente.  Amo tu amor por la vida, tu pasión por enseñar, tu avidez por amar a los demás.
Querida hermana del alma no solo eres mi hermana, eres mi confidente, mi consejera en los momentos de agobio tan típicos a nuestra edad, eres solidaria, práctica y no te haces bolas. Tu propuesta es siempre: hay que resolver. Y lo mejor es que resuelves.
Te quiero mi Tess y mucho. Más de lo que te haya podido decir y demostrar.
Te deseo un feliz cumpleaños y brindemos por esta especial unión que se da a pesar de los años.


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