domingo, 1 de julio de 2012

Una jornada electoral con Daniel

 Las obsesiones de Daniel por tener un presidente.
Nunca pensé que algún día tendría que enfrentar una discusión como la de hoy con Daniel, mi hijo de 21 años, quien por primera vez votó por un presidente y quien sintió, como muchos jóvenes de su edad, el desencanto de ver frustrado su voto.
Cómo hacerle entender que México no nació hoy, cómo explicarle que aunque votamos 49 millones de mexicanos y había enormes posibilidades de que triunfara la persona por la que él votó, había muchos millones más que no votarían por ese mismo personaje. Fue una larga discusión entre dos ciudadanos informados, politizados, preocupados por un país que parece tan frágil pero que hoy, 1 de julio de 2012, nos dio una gran lección de civilidad, de fortaleza, de compromiso.
"¿Pero por qué el PRI dice que ganó si todavía no termina el conteo?" me preguntaba. Y yo, tratando de encontrar las palabras precisas, le explicaba que nuestra democracia empieza a gatear y tenemos una historia y un pasado y tal vez mucho miedo al cambio. Sus argumentos eran tan válidos como lo son las demandas de los jóvenes que empiezan a batallar en este México que no ha sabido qué hacer con el famoso "bono demográfico".
Daniel hoy me dio una gran lección de vida. Se levantó muy temprano, estuvo muy atento a todos los conteos, hizo su democrática fila para votar, siguió nuevamente los conteos, escuchó todos los discursos y su incredulidad al escuchar los resultados de los conteos preeliminares me oprimió el corazón.
Cómo explicarle a un joven universitario que México es un país difícil de entender y en el que suceden cosas inverosímiles.  Argumentos hay muchos. Yo los ofrezco, él los entiende, tiene los suyos pero le cuesta trabajo entender la historia de su país. Para mi no es tan difícil, estudié Sociología, Economía, Historia. Milité, alguna vez anduve boteando y repartiendo propaganda política. Y hoy comprendí que las redes sociales, con todo lo maravilloso que tienen (soy una fanática de facebook, pinterest y demás), pueden resultar abrumadoramente escasas de información.  O
¿los jóvenes pueden entender política en 400 caracteres? ¿Se vale decir que hubo fraude en menos de 200? No lo sé, pero mi sentido común me dice que no.
Para eso van a la escuela y a la universidad, podrán reclamarme muchos, pero ¿realmente ahí aprenden a ser reflexivos, críticos, seres pensantes? Algunos jóvenes sí. Otros no.
¿Qué papel jugamos los padres de familia en los futuros ciudadanos mexicanos? Hoy me sentí como una tonta por discutir todo con mis hijos, por haber sembrado en ellos un poco de conciencia política ¿o será que les dimos demasiada información? No lo sé. Solamente sé que Daniel está muy preocupado por su país y aunque anda de paso por aquí, hoy me advirtió que va a regresar a México formado como un profesionista preocupado por el futuro de México.
"Mamá no creas que estudio fuera porque no me guste México. Aunque hubiera ganado mi candidato me iría. Irme es un asunto de crecimiento personal, eso quiero que lo entiendan tú y mi papá", me dijo con una gran certeza.
Qué bueno que Daniel piense así y que bueno también que hoy votaron por primera vez tantos chavos. Fue realmente una elección histórica en muchos sentidos. Todos tenemos una gran lección que aprender: ¿qué clase de ciudadanos queremos?
No me voy con el discurso fácil de que hubo fraude. Tampoco creo que haya ganado el PRI. Me quedo con la satisfacción enorme de que mis dos hijos, mayores de edad, aman a México y quieren volver. Lucía, de 19,  no pudo votar porque no vive en el país, pero siguió paso a paso el proceso y discutió con un compañero universitario la diferencia entre votar en Estados Unidos o hacerlo en México. Daniel, aunque me oprima el corazón su malestar, se fue a dormir enojado, pero convencido de que hizo la tarea: ir a votar de manera informada. Yo, me duermo con una sonrisa.